By

Redacción P2R

En el continente europeo, la movilidad eléctrica ha alcanzado niveles sin precedentes, impulsada principalmente por la normativa ambiental estricta y los incentivos gubernamentales. En países como Noruega, donde más del 54% de las ventas de autos nuevos son eléctricos, la transición parece haber llegado a su punto de no retorno. Sin embargo, aún persisten importantes desafíos que podrían frenar la aceleración de la adopción de vehículos eléctricos a nivel mundial.

Uno de los mayores obstáculos es la infraestructura de carga. Aunque las estaciones de carga se están expandiendo rápidamente, la falta de puntos de carga accesibles y rápidos en áreas rurales o menos desarrolladas sigue siendo un freno importante. El costo de las baterías, aunque ha disminuido significativamente en los últimos años, sigue siendo elevado, lo que encarece el precio de los vehículos. Las principales marcas automotrices, como Volkswagen, Renault y Tesla, están invirtiendo grandes sumas para abordar estos problemas, pero aún queda trabajo por hacer.

En el caso de Alemania, una de las economías más grandes de Europa, el gobierno ha lanzado un programa para aumentar el número de puntos de recarga hasta alcanzar los 1.000.000 en 2025, una meta ambiciosa que busca consolidar la “confianza” de los consumidores en los autos eléctricos. Sin embargo, la falta de consistencia en la política de incentivos, sumada a la incertidumbre económica que afecta a varios países, ha hecho que algunos consumidores no estén tan dispuestos a comprometerse con la compra de vehículos eléctricos de forma masiva.

En el sector de las motocicletas, Italia ha experimentado un notable crecimiento en la adopción de modelos eléctricos. Las motocicletas, especialmente en las ciudades más congestionadas, han encontrado una nueva oportunidad en los modelos eléctricos, que permiten una conducción sin emisiones y sin los costos de los combustibles tradicionales. Sin embargo, los costos de las baterías siguen siendo una barrera para la mayoría de los consumidores. A pesar de ello, algunos fabricantes están empezando a ofrecer modelos más asequibles, lo que ha generado una “confianza” renovada en la industria.

Para que la adopción masiva sea viable, expertos en transporte de toda Europa sostienen que es esencial que los gobiernos mantengan políticas que den soporte al mercado y eliminen barreras a la inversión, creando un entorno en el que los consumidores puedan “volver” a confiar plenamente en los vehículos eléctricos.